Tal día como hoy, comenzaba el incendio más conocido
del Imperio Romano.
La noche del 18 al 19 de julio
del año 64 de nuestra era, reinando el emperador Nerón, se produjo un incendio
en Roma que duro unos seis días. El historiador Tácito es quien nos cuenta los
hechos. Según Tácito cuatro de los catorce distritos de Roma ardieron y otros
siete quedaron dañados, tal fue la virulencia del incendio que no se libro el
templo de Júpiter ni el hogar de las vírgenes Vestales. Las Vestales eran
vírgenes seleccionadas por el Pontífice Máximo a la edad de seis a diez años.
Su mayor responsabilidad era mantener encendido el fuego sagrado del templo de Vesta,
situado en el Foro Romano por lo que tenían restringidos sus movimientos.
El incendio se declaró en el área
del Circo Máximo, el viento propagó las llamas sembrando el terror entre la
población. Un segundo foco se desató en el barrio Emiliano, en una finca de
Ofonio Tigelino, prefecto del pretorio y mano derecha de Nerón.
Tras ver la magnitud del
incendio, describe Tácito, que Nerón se sentó y tocó alegremente el violín
mientras Roma ardía.
Aprovechando el incendio Nerón
inició un reforma urbana, en virtud de la cual los edificios a reconstruir
debían guardar una cierta distancia de seguridad entre ellos, deberían estar
construidos en ladrillo y con la fachada principal porticadas.
No está claro quién o qué causó
el incendio, si fue intencionado o causado accidentalmente. Según Tácito, poco después
el pueblo comenzó a culpar al mismo Nerón. Según este historiador Nerón abrió
los jardines de Lúculo y de Mecenas a los afectados por el incendio y trató de
paliar su precaria situación distribuyendo alimentos.
Pronto se plantearon el buscar a
un culpable de tal magno desastre y Nerón queriendo desviar las culpas que le acechaban,
aún estando ausente de Roma cuando se inició el incendio, centró su visión de culpabilidad
sobre el grupo de cristianos o judíos radicales. Nerón condenó a los cristianos
a ser arrojados a las fieras, los hizo crucificar y los quemó para que sirvieran de antorchar nocturnas.
Por su parte se hizo construir un
nuevo palacio conocido como la Damus Aurea (Casa de Oro) diseñada por los
arquitectos Severo y Céler y cuyo lujo y tamaño alcanzaron dimensiones proverbiales.
Publicado en Cuenca, 18 de julio de 2019 y 18 de julio de 2024.
Por: José María Rodríguez González.
Profesor e investigador histórico.
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