miércoles, 9 de octubre de 2024

Santos Tomás de Villanueva (1488-1555) y san Francisco de Borja. Festividad del 10 de octubre.

Tomás de Villanueva, castellano de la tierra de D. Quijote, serio, obstinado, consciente, dulce e inflexible, Tomás es uno de esos maravillosos espíritus que en la época de Lutero hacen la Reforma al revés, con fidelidad a la Iglesia, con una caridad sin límites, con una enorme exigencia, primero consigo mismo y luego con los demás.

Santo Tomás de Villanueva.

Dejó la universidad y se hizo agustino, cambió la cátedra por el púlpito. Hizo de todo: profesor, predicador, místico, reformador, asceta, limosnero, por esta última faceta se le recuerda más, ya que desde que le obligaron a aceptar una dignidad arzobispal, la de Valencia, cambio su vida. Su idea de dignidad era otra muy distinta a lo habitual, y no quiso, antes de morir dejar nada de este mundo, hasta el jergón en que descansaba lo entregó a los necesitados. Él decía: “No me moriré hasta que sepa que no me queda nada en este mundo”, avisó, porque no quería irse sin su misión cumplida, darlo todo para hacerse pobre y desnudo ante Dios.

Con relación  san Francisco de Borja, nació en Gandía el 28 de octubre de 1510. Fueron sus padres D. Juan de Borja, tercer duque de Gandía, nieto de Rodrigo de Borja, y Doña Juana de Aragón, nieta del rey Católico. Era por tanto biznieto de Alejandro VI y Fernando V de Aragón.

San Francisco de Borja.


   San Francisco de Borja, prepósito general de la Compañía de Jesús, memorable por la aspereza de su vida, por el don de la oración, y por haber dejado las dignidades del mundo, y negándose a admitir las de la Iglesia. El papa san Pío V lo estimó mucho y le consultó, muchas veces, sobre las necesidades de la Iglesia

Era tan humilde que en sus escritos firmaba “Francisco el Pecador”. Por su extraordinaria devoción a María Santísima, se puso en camino para Loreto en lo más fuerte de una violenta enfermedad, y concluida su peregrinación se halló enteramente sano.

El Papa le nombró para que acompañara al cardenal Alejandro en las legacías de España, Francia y Portugal. Llegando a Roma cayó gravemente enfermo. Envió a un hermano al papa, para comunicarle su estado y pidiéndole  su perdón y una indulgencia plenaria. Recibió los Sacramentos con gran fervor; pidió perdón a los padres de los malos ejemplos que le parecía haberles dado; y después de un éxtasis entregó el alma a su Creador el día primero de octubre del año 1572 a los 62 años de edad.

Fue beatificado por el papa Urbano VIII el 24 de noviembre de 1624. El gran número de milagros que obró Dios por intercesión de nuestro santo, el papa Clemente X pudo terminar los trámites de santificación en el año 1671, y el papa Inocencio XII fijó su fiesta el día 10 de octubre.

Publicado en Cuenca, 10 de octubre de 2020 y el 10 de octubre de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

 


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