Esta tarde me he puesto a repasar las festividades religiosas que alberga el mes de octubre y he quedado sorprendido al comprobar que a lo largo de sus días celebramos a Ntra. Sra. del Rosario el día 7; el día 12, Ntra. Sra. del Pilar y el día 13, Ntra. Sra. de Fátima. No contento con todo esto el último domingo de octubre celebraremos la festividad de Cristo Rey.
El Papa Gregorio XIII, allá por el siglo XVI, fue quien señaló el primer domingo de octubre para la fiesta del Santísimo Rosario y aprobó el oficio correspondiente. En nuestra época está fijado el día 7 de octubre, aniversario de la victoria de Lepanto.
Repasando los anales de la historia no me equivocaría si dijera que España enseñó a rezar a la Cristiandad. ¿No lo creen Uds.? Intentaré explicar mi afirmación: El Obispo de Córdoba, Osorio, redactó el Credo de Nicea o contribuyó más que nadie a su redacción. Compuso la Salve un santo gallego, san Pedro de Mezonzo. Formuló el Rosario un santo castellano, santo Domingo de Guzmán. Creó los Ejercicios Espirituales un santo vascongado, san Ignacio de Loyola… ¿Sigo…? Pues diré que el Rosario es la oración de las almas sencillas de nuestra fe, es el himno enamorado que el pueblo canta a la Virgen María, nuestra Madre.
El nombre primigenio del Santo Rosario fue “Salterio de María”. La palabra Rosario, designa un lugar plantado de rosas. Tal vez fue recogida de la costumbre que había de que las vírgenes el día de sus desposorios con Cristo, llevaran una corona de rosas, pues la rosa que florece entre espinas es el símbolo de la virginidad, cuyo perfume guarda la pureza de cuerpo y alma.
La poesía cristiana ha sabido tomar magníficamente por tema esta graciosa comparación. “Como entre espinas agudas-canta Sedulio- brotó la rosa deliciosa, inofensiva, eclipsando con su hermosura a la del arbusto que le da vida; así del tallo de Eva ha brotado María, y la Virgen de la nueva Alianza ha expiado la prevaricación de la virgen de la antigua. Como el espino produce rosas, así la Judea produjo a María”.
Si nos ponemos a repasar, no hace muchos años ¿No era la práctica clásica de la devoción española? Pero hoy la impiedad moderna ha logrado arrancar del seno de las familias la bendita costumbre de rezar el rosario. Contadas serán hoy día las familias de nuestras ciudades que conserven esta añeja costumbre española. El móvil, las redes sociales y las nuevas tecnologías… han ido desplazando poco a poco, hasta dejarla casi en completo olvido.
Pues diré que no pocos pontífices concedieron al Rosario innumerable indulgencias basadas en logros y victorias conseguidas por el rezo del rosario: Clemente XI hizo obligatoria esta fiesta del Santo Rosario, en memoria de la victoria de Peterwardein. León XIII, por numerosas Letras Apostólicas, impulsó la propagación de esta devoción, sobre todo durante el mes de octubre, segundo mes del año consagrado a la Santísima Virgen. Elevó la fiesta del Rosario al rito doble de segunda clase. Y también por un deseo y orden los fieles añadieron a las letanías la invocación: “Regina Sacratissimi Rosárii, ora pro nobis: Reina del Santísimo Rosario, ruega por nosotros”.
No dejemos de rezarlo y nuestra vida será más agradable.
Cuenca, 7 de octubre de 2022 y el 6 de octubre de 2024.
José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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