En el día de hoy es posible elegir entre dos obispos homónimos. Uno fue obispos homónimos de la misma época, pero de características muy dispares. Uno fue obispo de Jerusalén y en el año 195 contribuyó a decidir que la Pascua se celebrase siempre en domingo. Al parecer murió a los ciento dieciséis años.
El otro san Narciso, más popular (hasta el punto de que le miran con malos ojos muchos hagiógrafos) tiene una historia más enredada; quizá fue de origen centroeuropeo y es probable que durante la persecución de Diocleciano tuviese que huir y se refugiara en la ciudad de Augusta o Augsburgo.
Allí se alojó en casa de “una mujer principal, pero deshonesta”, una cortesana famosa cuyo nombre era Afra (incluida también en el santoral, el cinco de agosto). Esta además era idólatra, pero la oración de Narciso la convirtió junto con su madre y tres criadas suyas.
Más tarde, en unión de su diácono Félix, llega a Gerona, que convierte en su centro apostólico, y unos años después, quizá en el recinto extramuros del cementerio de los fieles (se supone que donde hoy se levanta la colegiata de San Félix, que debe su nombre a un santo anterior), cuando iba a celebrar misa fue asesinado con el citado diácono. Murió a consecuencia de tres heridas en el hombro, en la garganta y en el tobillo.
En Gerona (de donde es patrón, además de serlo de Augsburgo) es el santo de las moscas, ya que se dice que en 1285 de su sepulcro salieron enjambres de tábanos que son sus picaduras mortales hicieron huir al ejército francés invasor.
Publicado en Cuenca, 29 de octubre de 2020 y el 29 de octubre de 2024.
Por José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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FUENTES
CONSULTADAS:
-Año
Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.
-La
casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.
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