martes, 27 de octubre de 2020

Santos Simón y Judas, Apóstoles. Festividad del 28 de octubre.

    Los dos Santos que hoy celebramos fueron Apóstoles y fueron mártires. ¿Hay mayor gloria en la vida? Una dignidad que es la de Cristo, a quien representan en su misión; una fidelidad hasta la muerte en el cumplimiento de su legación.

Sobre la gloria del apostolado y del martirio, San Judas Tadeo, el animoso o valiente, como significa su sobrenombre, tiene otra muy atrayente para todos los que nos gloriamos de ser discípulos de Jesús. Es un parentesco, según la carne, con la Vida de nuestra vida, con el hijo de la Virgen. El Evangelio lo llama “hermano de Jesús”, en el sentido amplio que tiene esta palabra en la lengua hebrea. Nosotros diríamos “primo hermano”. Este era efectivamente el parentesco de Judas Tadeo con Jesús. San José, según una sentencia hoy muy probable, tuvo un hermano que se llamaba Cleofás y una hermana que tenía el mismo nombre de la Santísima Virgen. Cleofás era padre de Judas Tadeo y de Simeón, sucesor de Santiago el Menor en la sede de Jerusalén. María, casado con Alfeo fue madre de Santiago el Menor y de José. Estos son los cuatro que nombra el Evangelio como parientes de Jesús. El parentesco se debía, por tanto, a San José, ya que la Virgen, según la sentencia más respetable, fue hija única de San Joaquín y Santa Ana.

San Judas, a quien el Canon de la Misa recuerda todos los días bajo el nombre de Tadeo, nos ha dejado una Carta breve contra la falsa sabiduría del mundo, contra la soberbia del hombre sabio, que antepone su criterio y su razón a la palabra de Dios. Son “nubes sin agua, que el viento lleva; árboles que sólo florecen en otoño, estériles, dos veces muertos, sin raíces; olas furiosas e inciertas del mar, que arrojan la espuma de sus infamias; astros errantes, a los cuales reservada una tempestad de tinieblas por toda la eternidad”.

Simón Cananeo, natural de Galilea –algunos piensan que fue el esposo de las célebres bodas- es conocido en los Evangelios con el nombre de Zelotes, que hace alusión a un partido religioso-político que existía entre los judíos. Era el partido de la tradición, de la pureza de la Ley frete al misticismo de los helenistas, que querían combinar el espíritu y la fe judía con los corrientes paganas de los griegos y romanos.

Simón había dado su nombre a este partido y debía distinguirse entre sus paisanos como militante y propagandista activo. Esto nos revela su carácter noble, grande, valiente y religioso. Hombre de corazón e ideal bien preparado para recibir la verdad del Evangelio y ser después un fervoroso Apóstol.

La tradición conservada en el Breviario Romano nos dice que predicó en Egipto con Judas Tadeo y en Mesopotamia, donde dieron su vida por Cristo. Los bolandistas admiten esta tradición como fundada.

Honremos con nuestro culto y oración a los dos Apóstoles, cuyo nombre está escrito en el libro de la Vida con letras de oro y sangre, aunque en el de la historia humana apenas sea legible.

Cuenca, 28 de octubre de 2020.

      José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

 

 

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