Efemérides conquenses.
El 29 de octubre de 1593 en la sesión del Cabildo Catedralicio de Cuenca se leía una carta de don García de Mendoza, marqués de Cañete y Virrey del Perú, haciendo presente de una lámpara de plata para que alumbrara el altar de San Julián.
D. García de Mendoza |
Este era un donativo del Virrey como muestra de su devoción al santo Patrono y en agradecimiento de favores y ayudas recibidas, como manifiesta en la carta dirigida al Cabildo y que hizo pública, el que fue Notario Eclesiástico de esta Diócesis D. Eusebio Ramírez.
De la citada
carta trascribo algunos párrafos para que quede constancia de este hecho: “En cuanta años de peregrinaciones que me he
ocupado por mar y por tierra y en la guerra y otras cosas que se han ofrecido
al servicio del Rey ntro. Señor, me he visto en muy grandes peligros de que
milagrosamente fui librado. Teniendo memoria de encomendarme en tales ocasiones
al bien Aventurado San Julián, cuyo cuerpo está en esa Catedral y
verdaderamente me parecía que en el mismo instante se me facilitaban los
peligros y se me aseguraba el salir de ellos con vida t así dándomele Dios para volver a
visitar esa Sta. Iglesia y Cuerpo Santo, procuraré con todas mis fuerzas y
hacienda, ayudar a su canonización que es una de las cosas que me deseo ver
cumplida y entretanto que esto lo encamina
Ntro. Señor en señal de algún reconocimiento de la devoción que tengo con ese
Cuerpo Santo le envío una lámpara de plata que a V.Sª tengo por bien se
alumbre, que yo escribo al Sr. D. Pº mi hermano mande proveer de mi hacienda lo
necesario de aceite para que perpetuamente arda en el interior que voy a
dotarla, y yo quisiera mucho enviar con ella una media figura de plata que he
mandado hacer a imitación del Santo para sacar en las procesiones y como lo labran
indios y con demasiada flema, no se ha podido acabar pero en estando enviaré
con la primera flota.
Y pues la obligación que mi casa tiene de servir a es Santa Iglesia son cada día mayores, recibiré contento que se me avise de las cosas en que yo pueda hacerlo desde acá que podrá Vs. estar tan cierto de que se cumplirá con gran voluntad, como ya lo estoy de que por su parte acudirá a honrar y favorecer como siempre lo ha hecho lo que toca a mi capilla y cosa como tan propia de Vs. a quien guarde a Ntro. Señor”.
“El Cerrado Santiago (Lima Corte del Perú) a 13 de abril de 1592. El Marqués de Cañete”.
“Leída la carta en Cabildo se manifestó por el Arcediano de Huete, hermano del Marqués, que obraba la lámpara en su poder y que no la había presentado por haber tenido que proceder a su limpieza, aún no terminada, lo que llevó a cabo en Cabildo de 5 de noviembre y habiéndola todos visto y mirado se holgaron muy grandemente y les pareció muy rica, galana y muy bien acabada y dijeron que era don de Príncipes”.
En la actualidad no podemos disfrutar de esa lámpara del marqués de Cañete que debió ser una de las alhajas que, según Muñoz y Soliva se llevaron los franceses cuando invadieron Cuenca durante la guerra de la Independencia, cuyo saqueo, dice, fue evaluado en treinta millones y en el que entraron “cinco lámparas de San Julián, seis de la Virgen del Sagrario, muchos cálices y tantos o más candelabros de plata como lámparas.
Publicado en Cuenca, 29 de octubre de 2020 y el 29 de octubre de 2024.
Por José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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