sábado, 28 de septiembre de 2024

San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia Celestial. 29 de septiembre.


El día 29 de septiembre celebramos la festividad de San Miguel Arcángel. El calendario nos recuerda la festividad como “Los Santos Arcángeles”.

La fiesta se centra en tres arcángeles principalmente: San Miguel, San Gabriel y San Rafael. Son los nombres con los que la Sagrada Escritura los presenta como príncipes de la corte celestial. Cada uno de ellos se les designó un compromiso. A Miguel la defensa de los intereses Divinos ante la rebelión de los ángeles caídos; Gabriel fue enviado por Dios en misiones como el anunciar a la Virgen María el misterio de la Encarnación y su maternidad divina; Rafael acompañó a Tobías en su camino y curó a Sara de la posesión diabólica que tenía.
San Miguel Arcángel. Catedral de Cuenca
Estamos viviendo una nueva época en la que está resurgiendo la admiración a los ángeles. En los mercados medievales, se venden angelitos de plata, de cuarzo y de otros metales. Hay que tener cuidado con estas cosas, se puede caer en la tentación de dar a los ángeles atributos que no les corresponden, convirtiéndolos en amuletos que pueden hacernos caer en una idolatría.

No hay duda que los ángeles son importantes en la Iglesia y en la vida de los católicos, pero recordemos que son criaturas de Dios, no podemos igualarlo a Él, no adorarlos.
Para recordarlos la Iglesia ha puesto esta festividad, pues a través de ellos podremos alcanzar muchas de las gracias que son necesarias para nuestra salvación, recordemos que Dios nos designó un ángel custodio para ayudarnos en el caminar de cada día.
Tengamos en cuenta que debido a su naturaleza espiritual, no podemos ver a los ángeles ni nuestros sentidos captarlos, pero en algunas ocasiones, mediante la intervención de Dios se han podido ver y oír. Aquellas personas que han tenido esa suerte su reacción ha sido de asombro y de respeto, la Biblia nos relata las experiencias de los profetas Daniel y Zacarías que tuvieron esas vivencias con los ángeles.

La representación artística de los ángeles en el cristianismo data del siglo IV, representándolos con forma humana y un siglo después fueron pintados y esculpidos con alas, para simbolizar la prontitud en llevar a los hombres el Mensaje y la Voluntad Divina. 
La Catedral de Cuenca posee una gran cantidad de ángeles, tanto en escultura como en pintura, desde el siglo XII hasta el siglo XVIII, las obras que alberga dan una idea del proceso evolutivo del arte a través de estas imágenes angelicales.

Las apariciones de ángeles, que más se popularizó fue, la del arcángel San Miguel en la gruta del Monte Gargamo. Fueron cuatro las apariciones, la primera el 8 de mayo  del año 490; la segunda, el 19 de septiembre de 492; la tercera el 29 de septiembre de año 493 y la cuarta el 22 de septiembre de 1655 por motivo de la peste que se produjo en el Reino de Nápoles.
Faggia es una provincia de la región de Apulia en Italia, en 1655 la peste negra llegó afectar a los habitantes del Monte Gargamo, el peligro de contaminación era grande para Manfredonia y el Monte San Angelo. El Obispo, Mons. Giovanni Alfonso Puccinelli vio que los medios humanos para luchar contra la peste eran ineficaces por lo que fue en peregrinación con el clero y la gente del pueblo a la Sagrada Gruta. Después de horas en oración, de lágrimas y súplicas, al amanecer del 22 de septiembre, el obispo vio aparecer al Arcángel San Miguel en un esplendor y le dijo: “Sepa oh pastor de estas ovejas, que he obtenido de la Santísima Trinidad la gracia de que cualquiera que utilice con verdadera devoción las piedras de mi gruta, alejará de su casa, de la ciudad y de cualquier lugar la peste, contad a todos esta gracia Divina. Vosotros bendeciréis las piedras, esculpiendo sobre ellas la señal de la Cruz con mi nombre”.

Así hizo el Obispo y la peste desapareció del pueblo de Monte San Angelo y por ello y para recordar tal hecho sus gentes levantaron un obelisco sobre la antigua plaza de la ciudad, que todavía existe, con la inscripción: “Al Príncipe de los Ángeles, vencedor de la peste, patrón y tutelar monumento de eterna gratitud, Alfonso Puccinelli”. 
Más cercano a nuestro tiempo tenemos otra aparición de San Miguel, en el año 1750. A la monja carmelitana, Antonia Astónaco, de Portugal, le reveló que deseaba ser invocado mediante la recitación de nueve salutaciones. Esta invocación recibió el nombre de Coronilla de San Miguel Arcángel o Rosario de los Ángeles.
Coronilla de San Miguel
La devoción se propagó a lo largo de otros países. El Papa Pio IX concedió indulgencias a quienes rezaran la coronilla. La coronilla consiste en recitando un padrenuestro y tres avemarías por cada salutación, hasta nueve veces. Para llevar las cuentas existe una especie de rosario, pero con las cuentas necesarias para su rezo.

 El 13 de octubre de 1884 el Papa León XIII experimentó, durante la celebración de la  misa, una visión en la cual vio a Satanás y a sus demonios desafiando a Dios, diciendo que podía destruir a la Iglesia si quisiera. Vio entonces aparecer a San Miguel lanzando a Satanás y sus legiones al abismo del infierno. Después llamando a su secretario, le entregó un pergamino donde estaba escrita una oración que debería ser recitada después de cada misa, hecho que se ha venido haciendo hasta la celebración del Concilio Vaticano II.
La oración es esta:
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la perversidad y las acechanzas del diablo. Que Dios manifieste sobre él su poder, esa es nuestra humilde súplica; y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, con la fuerza que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén”.

Feliz fiesta de “Los Santos Arcángeles” y felicidades a los que llegan el nombre de Miguel, Gabriel y Rafael.

Publicado en Cuenca, 29 de septiembre de 2017 y el 29 de septiembre de 2024.
Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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